Plantas medicinales más usuales
Abedul (Betula alba L.)
Arbol de gran porte, muy frecuente en los bosquedos asturianos, cuyas hojas, tomadas en infusión, ejercen una notable acción diurética.
Para preparar esta infusión se utilizan unas cuantas hojas que hierven en agua, cuidando de añadir un poco de hidrogenocarbonato de sodio (bicarbonato) cuando el agua esté a unos 50 °C; se facilita así la disolución del ácido betulorretínico, que es el agente diurético.
Ajo (Allium sativum L.)
Aunque se usa más como condimento, el ajo es planta de probadas virtudes medicinales por su contenido en sulfuro de alilo, vitaminas y algunas hormonas.
Es estimulante del apetito y de la secreción estomacal y biliar, eficaz en los procesos fermentativos del estómago e intestino, vermífugo, antiespasmódico, vasodilatador, hipotensor y anticatarral. Se machacan en el mortero tres o cuatro dientes de ajo y se vierten sobre medio litro de agua hirviendo; reposa y se filtra. Finalmente se edulcora con azúcar o miel. Este preparado actúa eficazmente como expectorante en procesos catarrales.
Amargón, diente de león o escorzonera (Taraxacum officinalis Weber)
Planta muy frecuente en praderas y tierras de labrantío, con hojas de bordes dentados, flores amarillas cuyos pequeños frutos, al madurar, forman una especie de pompón o globito blanco.
Las hojas contienen inosita, asparagina, saponina, principios amargos y algunos azúcares.
El amargón es un tónico y un excelente depurativo de la sangre, además de aperitivo y antiescorbútico. Se toma en ensalada o cocido.
Apio (Apium graveolens L.)
Esta umbelífera tan usada en guisos y condimentos tiene, al sentir de muchos autores, propiedades verdaderamente excepcionales: es antiescorbútica, anticatarral, diurético, depurativo de la sangre y antirreumático.
Sus hojas contienen apiína, inosita, manita, vitamina C y otras esencias (sedanolida y un derivado del ácido sedanónico) que le dan ese olor y sabor característico que presenta.
Arándano (Vaccinium myrtillus L.)
Remedio excelente contra las diarreas, disenterías, colerinas, vómitos y afecciones de la vejiga. En Asturias se acostumbra a macerar los frutos del arándano en aguardiente durante nueve lunas y tomar una o dos copitas de este brebaje después de las comidas o cenas.
Argoma, tojo o cotoya (Ulex europeus L.)
Arbusto de largas y fuertes espinas y flores amarillas muy vistosas, es muy abundante en bosques y terrenos de bravío.
Las flores contienen citisina, un alcaloide relativamente tóxico que, bien administrado, eleva el tono cardíaco. Con la infusión de hojas y semillas se combate el asma, la tosferina y el dolor de cabeza.
Para preparar la infusión se vierten unas cuantas flores sobre un tazón de agua hirviente; reposa, se edulcora con azúcar y ya está lista para tomar.
Arnica (Arnica montana L.)
Es una planta vivaz, relativamente frecuente en praderas de montaña, con un rizoma horizontal corto y grueso que repta por el suelo; sus flores presentan un original color amarillo.
Las flores contienen una esencia, de composición compleja, llamada arcinina, de efectos rubefacientes (provoca una inflamación local de la piel donde se aplica y activa la circulación sanguínea en esa zona).
La medicina popular usa de la tintura de árnica (se maceran 100 g de flores secas en 1 litro de alcohol etílico) para el tratamiento de golpes, magulladuras, chichones, torceduras, contusiones, etc., siempre que no presenten herida abierta.